Querido catequista te sugerimos este libro: "Celebraciones especiales para la Catequesis de Primera Comunión". Esperamos que te sea muy útil para las celebraciones que acompañan la catequesis y la celebración de la primera comunión.
su contenido es el siguiente:
Inscripción: Acogida de la Palabra
Renovación de las promesas bautismales
Convivencia padres e hijos
Celebración del sacramento de la Reconciliación
Celebración de la Eucaristía de la primera comunión
Autor: Álvaro Ginel. Editorial CCS
su contenido es el siguiente:
Inscripción: Acogida de la Palabra
Renovación de las promesas bautismales
Convivencia padres e hijos
Celebración del sacramento de la Reconciliación
Celebración de la Eucaristía de la primera comunión
Autor: Álvaro Ginel. Editorial CCS
Video para preparara a celebrar el sacramento de la reconciliación
Pequeña explicación del significado de este sacramento:
Dios en medio de su infinita bondad sabe que los seres humanos necesitamos de signos sensibles para poder experimentar de manera concreta las realidades invisibles. Nadie se siente perdonado si al pedir disculpas recibe a cambio el silencio de su agresor; necesita un gesto, una palabra, un signo de perdón. Este signo sensible del perdón de Dios se hace concreto en las palabras del sacerdote en el momento de la absolución. Dios realmente nos perdona, borra de nuestro corazón la herida de pecados reales, de faltas conscientes y vergonzosas; pues su misericordia es capaz de restablecer nuestros corazones y devolvernos un espíritu nuevo,renovado en su gracia, en amistad y cercanía con Él.
Recordemos las palabras del papa Francisco: "Dios no se cansa nunca de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón" ¿Por qué no valorar entonces el gran regalo de este sacramento? ¿Porqué privarnos del impulso de gracia que nos otorga el recibirlo solo por vergüenza o miedo? Ya nos decía un santo: El demonio te quita la Vergüenza o el miedo al pecar y te la devuelve aumentada al confesarte. No permitamos que la Vergüenza o el miedo nos mantengan alejados de la bondad de Dios un Padre Bueno que nos espera en el confesonario con el mismo abrazo con el que abrazó al Hijo pródigo. Acudamos a su encuentro y pidámosle que sane las heridas de nuestro corazón y que nos mantenga cada día más unidos a Él.
Dios en medio de su infinita bondad sabe que los seres humanos necesitamos de signos sensibles para poder experimentar de manera concreta las realidades invisibles. Nadie se siente perdonado si al pedir disculpas recibe a cambio el silencio de su agresor; necesita un gesto, una palabra, un signo de perdón. Este signo sensible del perdón de Dios se hace concreto en las palabras del sacerdote en el momento de la absolución. Dios realmente nos perdona, borra de nuestro corazón la herida de pecados reales, de faltas conscientes y vergonzosas; pues su misericordia es capaz de restablecer nuestros corazones y devolvernos un espíritu nuevo,renovado en su gracia, en amistad y cercanía con Él.
Recordemos las palabras del papa Francisco: "Dios no se cansa nunca de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón" ¿Por qué no valorar entonces el gran regalo de este sacramento? ¿Porqué privarnos del impulso de gracia que nos otorga el recibirlo solo por vergüenza o miedo? Ya nos decía un santo: El demonio te quita la Vergüenza o el miedo al pecar y te la devuelve aumentada al confesarte. No permitamos que la Vergüenza o el miedo nos mantengan alejados de la bondad de Dios un Padre Bueno que nos espera en el confesonario con el mismo abrazo con el que abrazó al Hijo pródigo. Acudamos a su encuentro y pidámosle que sane las heridas de nuestro corazón y que nos mantenga cada día más unidos a Él.