Año Jubilar de la Misericordia

3 de agosto de 2011

Experiencias viviendo la Palabra

A veces me contáis experiencias de palabra cuando nos vemos; experiencias sencillas (pero preciosas) de cómo vivís la Palabra, o cómo la Palabra ha iluminado algún aspecto o acontecer de la vida, porque la vida está hecha de cosas sencillas la mayoría de las veces… Os indico me las mandéis por escrito y… es una pena que no lleguen. Sería una gracia para todos. Como lo fue el anuncio de María a Isabel y a la inversa. Hubo cantos y bailes y mucha alegría en el gozo del amor de Dios… y creció en todos… y llegó hasta nosotros.
Eugenio, Secretariado de catequesis


Experiencias: Palabra del mes de julio: «Velad y orad, para que no desfallezcáis en la prueba. El espíritu está bien dispuesto, pero la carne es débil» (Mt 26, 41).
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* “…Cuando recibí la Palabra de julio, me encontraba en una prueba difícil: me ayudó mucho el recibirla y ha sido bonito el ponerla en práctica; había que parar, pues me había perdido a mí misma. Solo quería rezar. He salido de la prueba fortalecida...: me he sentido completamente arropada por Dios, en esa soledad de la prueba donde el diálogo interior es el que me ha hecho ver que, aunque las pruebas a veces son difíciles de entender humanamente, la presencia de Dios por la oración hace que estés en paz.
Estoy muy ilusionada con la visita de S.S Benedicto XVI, ya organizándome para estar en Madrid, pues saldré de vacaciones 
en agosto…”
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* “Muchas gracias:¡qué verdad es que hay una gran soledad hoy en día!”
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* Una madre desde Madrid: “…en la cena venía mi hijo con varios. Han estado toda la semana pasada trabajando para lo del musical del día 17 de agosto… Han estado muy a gusto: se iban temprano y no regresaban hasta cerca de las 10 de la noche. No sé cómo saldrá el concierto, pero no te imaginas cómo han trabajado (hasta sábado y domingo). Mi hijo era consciente del lío que yo tenía en casa, pero le dije que trajera a quien quisiera a cenar: comían un bocadillo y llegaban muertos de hambre. Te confieso que yo, después de todo el día con los de la obra en casa, guardando cosas en cajas, bajando al piso de abajo... a las 9 de la noche no podía más; y a esa hora, con amor, empezaba a prepararles una buena cena, sabiendo que ellos también venían cansados y con hambre. ¡¡¡No te imaginas cómo me lo han agradecido!!! ¡Ahora les echo de menos!
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Una alegría: ¡¡mi hijo ha aprobado todo en su primer año de ingeniería!! Estamos impresionados, porque también aprobó el conservatorio, no ha parado de colaborar en cosas (como este musical) y de dar clase a un montón de alumnos del cole y ¡¡sin ir a academia a ninguna asignatura!!... ”
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* “… yo empiezo mis vacaciones mañana y de verdad que me hacen falta: ha sido un trimestre duro y un mes de julio horroroso de problemas de trabajo; no he tenido tiempo de nada: lo único que no he dejado es mi misa diaria. Es bastante, ¿verdad?