Año Jubilar de la Misericordia

4 de octubre de 2011

Experiencias viviendo la Palabra

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS viviendo la Palabra del mes que ha acabado y las del verano:
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* “Gracias: ha sido una gozada leer todos los testimonios y experiencias sobre la Palabra.
Nuestro verano, en general muy bien. Estuvimos en casa 9 durante un mes, con los dos americanos que tuvimos en casa, viajando de aquí para allá para que conocieran un poco España. Yo tenía en el corazón que lo más importante que tenían que encontrar era a Jesús en medio de la familia. No sé lo que se llevarían, (ya sabes: tú intentas poner la semilla y quizá algún día dé fruto, cuando Dios quiera). Fue una bonita experiencia tenerlos. Y como colofón, se juntaron con su grupo americano en la JMJ. ¡Así que imagínate qué verano!
La PVida de este mes parece escrita para mí, en el momento justo: a ver si soy capaz de darme un baño de ella y dejar a Dios pasar nuevamente...”
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* He visto todo lo que he podido por la televisión la JMJ, y qué emoción, tanta gente con un mismo sentimiento, el amor a Cristo....muy muy emocionante...
Yo estas vacaciones he descansado, que lo necesitaba, física y sobre todo, psicológicamente, y me he sentido más cerca de Dios: en el hotel, había varias personas discapacitadas, y veía el amor que transmiten, y la cara de felicidad, pero sobre todo he rezado, he rezado mucho, cuando veía a un chaval bastante afectado, y un poco agresivo, rezaba un misterio del rosario dando gracias y pidiendo por él y sus padres... y así día tras día... he rezado más rosarios que en mucho tiempo!!! Bueno, lo dicho, gracias por la Palabra de Vida.”
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* “Gracias por las experiencias sobre la JMJ; ha sido un don: ya que no la pude vivir en directo, a través de vuestras experiencias siento que no me ha faltado nada. También he podido ver algún video y leer todos los textos y muchas experiencias: creo que ha sido una gracia especial y ha lanzado a todos, jóvenes y menos jóvenes, a caminar y mostrar una Iglesia unida y que vive.
Últimamente mi relación con mi marido no pasaba por un buen momento: la sentía como una carga y cada uno iba por su cuenta; había momentos que no podía más, sentía que no podíamos seguir así y le pedía a Jesús que me diera la luz para ver cómo mejorar; veía mi individualidad, éramos como las líneas paralelas… Y llegó la luz y la gracia: tenemos que santificarnos juntos y cuanta más unidad tenga con mi marido, más crecerá con todos y con la Iglesia; ahí está mi tarea que me pone de nuevo en la vida a tope en mi vida cristiana; el el gran don: la gracia actual que me ayuda en cada momento.
Este año en mi cumpleaños sentí como nunca que tenía un año más, pero también que tengo un año menos para la carrera en el “santo viaje a la santiad”. Así pues, no puedo perder tiempo; y la primera tarea: la unidad con mi marido. Gracias de nuevo.”
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* “…la noche de la vigilia [en Cuatro Vientos], en el principio me alegraba de las nubes que nos protegían un poco del sol, pero cuando llegó la tormenta, incluso antes de la lluvia, yo estaba rezando para que no cayera agua, cuando empezó a llover de verdad, y muchos de los que venían con nosotros parecía que querían empezar a irse; yo me estaba quejando al Señor: "Señor, ¿no puedes hacer algo por tanta gente que vienen a buscarte a Ti?, ¿nos vas a tratar de esta forma?” Estaba preocupado por los jóvenes que venía conmigo. Entonces pensé que todos nos vayamos al lugar donde nos alojábamos, pero en ese momento, una chica de la comunidad china nos gritó: “¿dónde está vuestra fe?” Inmediatamente, los chicos vuelven al sitio y me pidieron: “vamos a quedarnos aquí; pase lo que pase, esta noche nos quedamos”. Pues en ese momento estaba impresionado por la fe y la confianza que tenían estos chicos, y pensaba que qué poca fe tenía yo; siempre pensé cuidar de ellos y no me atrevía a confiar en las manos del Señor, pues cuando decidí que todos nos quedáramos, la lluvia se paró, y fue una experiencia de confiar en las manos del Señor: confiar en Él es siempre más seguro que en nosotros mismos….”
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* “…MIL GRACIAS POR ALIMENTAR MI ALMA CADA VEZ QUE LEO LAS EXPERIENCIAS TAN PRECIOSAS Y MEDITO E INTENTO VIVIR LA PALABRA DE CADA MES.
OS CONTARÉ QUE NO PUDE IR A LA JMJ PORQUE ME OPERAROM DE UNA RODILLA INESPERADAMENTE, PERO LO VI TODO POR TV 13 COMO NOS RECOMENDASTE.
NUESTRO " DULCE CRISTO EN LA TIERRA" COMO SIEMPRE NOS HA DEJADO MUCHO EN MUY POCO TIEMPO... TUVE LA VERDADERA SENSACIÓN CUANDO LO ACLAMABA LA JUVENTUD Y ABRIA SUS BRAZOS PARA ABRAZARNOS A TODOS DE OIR LAS PALABRAS DE SEÑOR...: “PEDRO, APACIENTA MIS OVEJAS... CUIDA A MIS HIJOS... SEÑOR, TÚ SABES TODAS LAS COSAS... TÚ SABES QUE TE AMO...” A MÍ ME HA HECHO MUCHO BIEN VER CÓMO ÉL CUMPLE EL LEGADO QUE EL SEÑOR LE DEJÓ... Y EN MI ÁMBITO DE ATENCIÓN A LOS ENFERMOS LO INTENTO PLASMAR TAMBIÉN: "CORAZÓN MISERICORDIOSO " COMO NOS LO RECORDÓ CUANDO HABLÓ DEL CUIDADO A LOS MÁS NECESITADOS...
HE SACADO UN RESUMEN DE TODOS LOS DISCURSOS PARA PODER HABLAR DE ELLO CON MIS ENFERMOS Y HACERLES PARTÍCIPES DE TANTA RIQUEZA…”
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* “…estaba yo pensando que, al igual que en las cajetillas de tabaco pone la advertencia "fumar mata", en los evangelios debería poner un aviso en la portada: " leerlo cambiará tu vida". Que los humanos somos muy raros, y no me extrañaría que algún día alguien, sintiéndose feliz después de haberse “contagiado” con la lectura, en vez de sentirse agradecido fuese a poner una reclamación a Jesús...”
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* “…frecuente es que, cuando nos ocurre una desgracia, una tragedia, de inmediato nos acordemos de Dios. A Él recurrimos a pedirle por nuestras preocupaciones, y a veces también a “pedirle explicaciones”: ¿por qué me tiene que pasar esto? ¿Por qué a mí?”
Yo en estos días me siento en el lado opuesto. Estoy contenta. Tanto, que a veces creo que estoy soñando y pienso: “ya he sido feliz unos días, ahora, volveré a la normalidad”, pero no, la alegría continúa y me encuentro preguntándole a Jesús: “¿por qué yo? ¿Por qué me siento así?”
No sé la respuesta, pero pienso en el hijo pródigo, aquel que acudió a su padre cuando se arrepintió. Yo, más que arrepentida, en estos momentos me siento agradecida, y como aquel, me dan ganas de correr no sólo hacia mi Padre, sino también hacia el resto de la familia, amigos, sacerdotes, vecinos, conocidos y desconocidos que tanto me han ayudado en mi camino. No sé si a pedir perdón, pero desde luego sí a dar las GRACIAS.
Me lo tomo como objetivo para este año…”
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* “¡Gracias por tu mensaje tan rico de vida que ayuda a vivir!
Gracias especialmente por abrirnos el alma y contarnos tus experiencias en la JMJ. Me venía dentro una idea: recordaba cuando Chiara Lubich decía que si uno no abrazaba a Jesús Abandonado, aunque se lo presentaran muchas veces, ella no se acordaba de él. Pero que "veía" a aquellos que amaban a Jesús Abandonado. Seguro que ella lo decía de otra forma, pero la idea era justo esa: "somos" cuando amamos a Jesús Abandonado. Pienso que por eso el Santo Padre te reconoció como focolarino, porque vio en ti al Resucitado.
¡No sabes cuánto me ha ayudado esta idea últimamente! La unía a esa frase de la palabra de Vida: "Dios no quiere nuestras obras, quiere nuestro corazón". Todo me lleva a eso, en el abrazo a Jesús Abandonado le intento dar todo: una dificultad, una desilusión, una preocupación, una alegría, una esperanza... se lo doy todo para recibirlo a Él. A veces lo logro, cuando me doy cuenta de que "se me ha pasado", le doy ese fracaso y vuelvo a empezar. ¡Y todo comenzó al leer tu experiencia!
Gracias de nuevo, Paco, por todo el bien que nos haces. Es verdad que Dios nos ha puesto al hermano para ayudarnos a caminar hacia Él...”
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* “…rezo a diario, aprovecho cuando voy al trabajo, entre el hostil tráfico madrileño, me sirve para aislarme y me relaja tanto que cuando llego al centro casi ni recuerdo los semáforos, curvas..., es como si la oración me hubiera abstraido totalmente. Antes lo hacía por la noche, y la verdad es que me entraba sueño y me quedaba dormido, así que pensé "NO PUEDE SER". Y varíe el momento y reconozco que es el mejor para establecer oración con el Padre, durante el trayecto de 20 minutos que dura. Pero como te decía, al inicio de estas vacaciones, durante una noche preciosa con luna llena y cuando todos estaban dormidos (eran las 0:30 o 1:00 de la mañana), me puse a rezar y le dije al Señor: te prometo que voy a rezar como todos los días, porque yo no estoy de vacaciones de tí. Efectivamente, cuando nos vamos de vacaciones dejamos aparcado casi todo (trabajo, amigos, tensiones, problemas, etc...) e intentamos cobrar fuerzas. Pero me dije que no podía ser que incluyera a Dios en el mismo saco, que no podemos estar de vacaciones de Dios, porque le necesitamos. Así que durante los días de playa, por la noche y cuando me quedaba sólo, con los niños y mi mujer ya dormidos, en silencio, oyendo el batir de las olas, me puse a dar gracias por tantísimas cosas...”