Año Jubilar de la Misericordia

21 de marzo de 2012

Experiencias viviendo la Palabra

«Señor ¿a quién iríamos?
Sólo tus palabras dan vida eterna»
(Jn 6, 68)

 
Alguna de vuestras EXPERIENCIAS viviendo la palabra de febrero: "Convertíos y creed en la Buena Noticia" y la de marzo: "Señor ¿a quién iríamos? Sólo tus palabras dan vida eterna":
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* “…algunos modos malos y desconsiderados hacia mi persona tentaron de entristecerme y ponerme en tono agresivo, o al menos en una actitud de juicio o pesimista, etc… actitudes no cristianas y que llevan, y están, en el desamor. Enseguida me dije: “Convertíos y creed en la buena noticia”. Inmediatamente me puse en una actitud de abrazar ese dolor para transformarlo en amor perdonando, disculpando y ofreciendo alegría y disponibilidad a todos. Todo fue muy bien y me acordé de aquello de San Juan de la Cruz: “donde no hay amor, pon amor y encontrarás amor
* “Hola: te cuento un acto concreto de amor. Hace un ratito... al llegar a casa de mi madre... he tenido que inspirar y volver a actualizar la entrega... y he pensado en la Palabra de vida de este mes: "¿a Quién iremos...?" Y he pensado que una de las pistas para vivirla, una Palabra, era “servir”… SERVIR... servir... Y he pensado: '¿a dónde iré...?: ¡a servir a mamá...!' Y me ha ayudado para llegar con una sonrisa, para hacer las cosas, servir la cena, fregar... sin esfuerzo, o al menos con amor y cariño, animándola...
* “… no tenía ganas de ir con tensión de atención y preparación a las clases de hoy, que comenzaba un semestre. Considero que para salir del paso con cierta dignidad vale… y me estoy dejando en esta postura según pasan los minutos… Pero en cierto momento me acuerdo de la PdV “convertíos y creed en el Evangelio”: es un curso nuevo, unos alumnos nuevos… “Aquí y ahora he de vivir el evangelio con ellos, como si fuera la primera vez, he de prepararme y darles la clase”. Así que me pongo a prepararme y a disponerme a amar a todos y a cada uno en particular, viendo a Jesús en cada uno. Y así lo hago. Una vez más, la PdV  me ha ofrecido una bocanada de aire fresco, un estímulo para volver a empezar…
* [(de Randall, desde Costa Rica)]: … para el fin de semana se nos presentó una “visita” repentina de Jesús abandonado: al dirigirme para celebrar mi novena y última misa de cada fin de semana, tuve un accidente; gracias a Dios no pasó a más. Tuvieron que llevarme en ambulancia al hospital y luego hacer todos los trámites necesarios, gracias a Dios que uno de los nuevos sacerdotes pudo llegar a tiempo para celebrarme la Misa que faltaba, encargarse del coche y hacerme todos los trámites.
Para el día siguiente, después de muchos análisis, me encontraron sólo contusiones y un poco torcidas las cervicales, por lo que me mandaron reposo absoluto y utilizar un collarín ortopédico.
Lo hermoso fueron los momentos que tuvimos que vivir al día siguiente, lunes, (día que entrábamos de Ejercicios espirituales y ese compañero y yo no pudimos): primero, la burocracia para que nos atendieran; segundo, descubrir que el sacerdote anterior, molesto por el traslado, había cancelado todas las pólizas de seguro y consecuentemente me toca a mí cubrir todos los daños (con una parroquia tan pobrísima como la nuestra, por lo que pido vuestra oración para que se llegue a algún arreglo). Y como si fuera poco, ya por la tarde, cuando todo estaba listo, nos dispusimos a viajar hacia el lugar de los ejercicios espirituales para encontrarnos con todos los compañeros sacerdotes, (además porque sabía que ahí iba a poder descansar más que si me quedaba en casa), y al poco de salir, el coche del compañero no quiso caminar más: grave avería, más tiempo de espera y de paciencia ejercitándonos en el amor.
Al final, el martes ya pudimos, gracias a una providencia, ir al retiro. Aquí nos encontramos: aproveché un momento libre para escribir y declararos mi unidad, pues me parecía propicia toda esta experiencia como iluminación de la Palabra de Vida de marzo…
* “…me encantan las experiencias de vida: ¡me siento tan pequeñita! A mí me cuesta mucho no contrariarme cuando no domino una situación y también vivir el momento presente, y ese es mi crecimiento personal para esta Cuaresma, pues es lo que Dios nos pide: “Confiad que yo estoy ahí en cada instante y sabré ayudaros si os dejáis ayudar”. Lo deseo y lo necesito…
* “… el "finde", toda una gran experiencia de la nueva PdV. Cansado y sin fuerzas para las muchas tareas, incluida boda civil de mi tío ("pastoral familiar", podríamos decir), he repetido a menudo la PdV y luego, "a toro pasado", he mirado hacia atrás y he dicho muchas veces: "Pero ese, ¿era yo? No, eras Tú". Es decir, que he experimentado eso de que la Palabra "nos viva". ¡Qué grande es Jesús!…
* “…yo también quería compartir contigo y con los demás mi propia experiencia personal: durante muchos años he estado alejada de la práctica de la religión, aunque siempre he creído en Dios y en Jesucristo. No puedo achacarlo a ninguna desgracia que me haya producido un desengaño o un sentirme abandonada por Dios como es posible que le haya ocurrido a otras personas. Al contrario, Dios me ha bendecido…
Si yo he retomado el camino de la práctica religiosa es debido a mi padre. Cuando enfermó de cáncer de estómago, yo no me encontraba muy bien, pues padezco de ansiedad (algo que ha nacido conmigo y morirá conmigo). Me estoy medicando y supongo que no podré dejar de hacerlo… En síntesis,… él sabía perfectamente lo que tenía, pues jamás se lo ocultamos… Me admiré de la resignación y de la fe con la que vivió su enfermedad: jamás le oí quejarse. Como participaba activamente en su parroquia, recibía la visita de sacerdotes amigos suyos y le llevaban la comunión con mucha frecuencia. Jamás le falló la fe y sí que agradecía la larga vida que Dios le había concedido… Le pedíamos a Dios que no sufriera… y murió sin dolores, (2 horas después de recibir la comunión). Esta enfermedad es terrible en las últimas etapas. Su actitud de abnegación y su ejemplo encauzaron mi vida de nuevo. Él pidió que en su recordatorio se escribiese la siguiente frase: "nació para morir el 19 de noviembre y murió para nacer a la vida el 27 de octubre". Una gran verdad…
* “el sábado, al terminar de dar el curso, (después de los intensos días anteriores con el fallecimiento de mi mejor amiga) estaba cansada, pero me dijo mi marido que había invitado a casa a ver el partido a dos amigos. Olvidé mi cansancio y me puse a amar (recibirles con todo mi cariño, preparar cena...). Se quedaron hasta más allá de la 1 de la madrugada. Estuvieron muy a gusto y yo me acosté agotada, pero feliz.
Hoy ha sido un día muy intenso: por la tarde dos veces al cole, ir al hospital para que le quitaran a uno de mis hijos los puntos, otro tocaba en el conservatorio... Pero hoy le ofrecí todo al Señor con especial cariño. Y también la mañana... algo que me costaba: una resonancia magnética… Es una prueba que... me resulta un poco (bueno, bastante) angustiosa...
…vendrán a casa para el ensayo y me ha pedido que les deje hechas un par de tartas y algo para que merienden. ¡¡Siempre hay ocasiones de vencer la pereza y ponerse a amar!!
… a mi mejor amiga, cuando ya se la llevaban de la sala del tanatorio, dijeron que si alguien quería podía pasar a despedirse del cuerpo. Yo fui.  Le di dos besos en la frente... Con uno le di las gracias por todo lo que me había dado. Con el otro... le pedía que me ayudara a llegar a Jesús y que ahora que ella ya estaba con Él, le dijera de mi parte que le quiero: el Señor ya lo sabe..., pero se merece que no paremos de decírselo (y de demostrárselo, aunque ahí fallo mucho…