El pasado miércoles 12 de junio clausuramos la Escuela de Catequistas de Faro. La oración fueron las víperas del día, las que comenzamos con el salmo que transcribimos:
Loado sexas, Deus, nas túas obras,
loado por poñer tanta beleza
nos montes e nos ríos e nos prados,
no chan e no alto ceo deste terra.
Loado sexas na suor de esforzos
que ergueron este mundo pedra a pedra.
Loanza de quen loita, xeneroso,
para ser fillo e señor da nosa terra.
Loado sexas, Deus, nos nosos mares,
no mar rexo e furente de Fisterra,
e no mar manseniño coma un lago,
e loado na chuvia compañeira.
Que te loen, Señor, as penas altas.
Que te loen, Señor, as grises brétemas,
e no longo camiño de Santiago
o brillador carreiro das estrelas.
Que te loen carballos centenarios,
que canten a túa gloria as castiñeiras,
e o vento norte de fríos ateigado,
e o vento sur de húmidas mornezas.
Loado sexas, Deus, en toda a vida,
loado por chamarnos a túa festa.
Loado sexas, Deus, pola túa gloria,
loado sexas, Deus, loado sexas.
Después de la oración dialogamos sobre el Sínodo diocesano: analizamos los tres núcleos de identidad, comunión y misión, así como las actitudes con que vivir este acontecimiento eclesial, el sentirnos todo implicados, la corresponsabilidad, la perseverancia, la humildad en las propuestas,… fueron algunas de las actitudes más señaladas.
Con unas palabras de agradecimiento por parte del arcipreste D. José Hermidad a todos los que a lo largo de este año han participado en esta Escuela, así como a Manuela y Luis Miguel por compartir sus experiencias, y con la oración final dirigida por el Padre Ángel, pusimos el cartel de… hasta el curso que viene.
Y como no podía ser menos compartimos, alrededor de una mesa de ricos manjares, las experiencias del curso y también las inquietudes sobre la realidad de nuestra diócesis y de nuestra sociedad.
Escuela de Catequistas de Faro
