D. Julián, presidió ayer la sesión de trabajo de la Comisión General del Sínodo, que se celebró en la Casa Diocesana de Ejercicios. En su intervención, monseñor Barrio apeló a la confianza, la unidad y el diálogo para avanzar en los trabajos de este proceso sinodal. "Invito en este tiempo sinodal", dijo el arzobispo, "a un proceso de diálogo, que aporte al camino de la fe de nuestra Iglesia diocesana perfil teológico y coherencia eclesial. La Iglesia diocesana, todos los que la componemos, incluso que sopesan darle la espalda por enfado o desilusión, vamos de “ejercicios espirituales”. En este proceso de diálogo se debe tratar de una profunda clarificación y concienciación respecto al testimonio de la Iglesia en el mundo y a su misión entre los hombres. A ello pertenece el impulso del diálogo intraeclesial sobre la búsqueda de Dios y sobre los principales caminos actuales de testimonio, sobre la oración y adoración de Dios (Liturgia) y sobre la aportación servicial de la Iglesia en la sociedad actual (Diakonia). Este diálogo exige de todos los participantes una apertura impregnada espiritualmente”.
En la reunión se aprobaron las normas para la constitución de los grupos sinodales en las parroquias y se analizaron algunas de las ponencias sobre las que se comenzará a reflexionar a partir de ahora.