Año Jubilar de la Misericordia

9 de septiembre de 2014

11 de septiembre: NUESTRA SEÑORA DE LA CUEVA SANTA

Es el Santuario de la Bienaventurada Virgen de la Cueva Santa, un centro de peregrinaciones populares de toda la región, constituido por un conjunto de edificaciones destinadas a fines religiosos y a hospedería.
La Cueva propiamente dicha es una oquedad de veinte metros de profundidad, originada por un fenómeno de erosión cársica, llamada antiguamente "Cueva del Latonero" (del almez), por la que desciende una escalera hasta el recinto donde se halla la capilla de la Virgen, construida en el s. XVII en la profundidad de la cueva y cerrada por una reja.
La imagen es un relieve busto de la Virgen, labrado, según la tradición, por fray Bonifacio Ferrer, hermano de San Vicente, monje de la Cartuja de Valldecrist. El hallazgo de la imagen lo atribuye la tradición a un pastor que, a principios del s. XVI, guardaba su rebaño en las inmediaciones de la cueva.
Irrumpe con gran fuerza la devoción hacia la Cueva Santa en tiempos de Felipe II, impulsada por los prodigios que se atribuían a sus aguas, lo que llevó a grandes concentraciones de gentes y a la necesidad de estructurar todo lo relacionado con el incipiente culto y devoción del lugar.
Durante el pontificado de Ruiz de Liori (1579-1582) empezó a tener renombre la imagen de la Cueva Santa en su intervención en rogativas solicitando lluvia, lo que impulsó el canónigo Jerónimo Decho y su familia, que era la propietaria del lugar donde estaba la cueva con la imagen, construyendo un pequeño altar y una reja que lo cerrase, e iniciando la celebración de cultos en aquella estancia.