Año Jubilar de la Misericordia

3 de enero de 2015

4 de enero: Santa Isabel Ana Bayley Seton

El 14 de septiembre de 1975, fue para la Iglesia católica de los Estados Unidos, un día histórico, que tuvo en Roma su momento culminante, cuando Pablo VI canonizaba a la primera santa nacida en suelo norteamericano: Isabel Ana Bayley. Doce años antes, había sido beatificada por San Juan XXIII, el 17 de marzo de 1963. 

Isabel Ana Bayley, nació en Nueva York, el 28 de agosto de 1774, en el seno de una familia episcopaliana. Isabel fue bautizada en la Iglesia episcopaliana, de la que fue un miembro muy activo durante los primeros treinta años de su vida. 

A sus 19 años, Isabel era una de las jóvenes más bellas de Nueva York: a la belleza corporal añadía sus excelentes cualidades espirituales y su fina sensibilidad ante el sufrimiento de los demás. Todo esto lo captó como nadie un rico hombre de negocios neoyorquino. William Magge Seton, que pidió su mano y contrajo matrimonio con Isabel el 25 de enero de 1794. 

El matrimonio Seton tuvo cinco hijos. Sin embargo, la atención a los deberes de esposa y de madre de familia numerosa no agotaron la actividad de Isabel, atenta a los problemas del entorno: viudas pobres, necesitados, enfermos y moribundos. De hecho, se la conocía como “la Hermana de la Caridad protestante”. 

Luego de la muerte de su marido (1803), y gracias al testimonio católico de sus amigos Filicchi, Isabel abrazaría el catolicismo el 14 de mayo de 1805. 

A pesar del vacío que por este motivo le hizo su familia y amigos, Isabel no se rindió. Fue el Padre Dubourg (quien llegaría a obispo de Nueva Orleáns) el que le sugeriría dirigir una escuela para chicas primero en Baltimore y luego en Emmitsburg. Ante el testimonio de entrega y de caridad de Isabel, a favor de las alumnas y en el servicio a los pobres, algunas de estas chicas decidieron permanecer a su lado: fue el principio de la futura congregación de las Hermanas de la Caridad de San José. 

Así el 17 de enero de 1810, Mons. Carroll aprobaba oficialmente la nueva congregación, entonces de derecho diocesano. 

El Señor probó a su sierva Isabel con toda clase de sufrimientos y de pruebas, que ella soportó con entereza cristiana y con absoluta conformidad con la voluntad de Dios. Sin embargo, Isabel nunca perdió la paz del corazón y el optimismo fundado en la confianza en Dios. 

Finalmente, también la enfermedad llamó a su puerta. Y así, el 4 de enero de 1821, animando a sus hijas a vivir y morir como ‹‹hijas de la Iglesia››, entregaba su alma a Dios.


A continuación dejamos una serie de enlaces con recursos sobre Santa Isabel Ana Bayley Seton:

Recursos