Año Jubilar de la Misericordia

1 de junio de 2015

Educación religiosa escolar... Por qué y para qué...

Pretendemos, con este artículo, realizar unas reflexiones sobre la tarea educativa en la sociedad actual, el servicio que presta la Iglesia en esta tarea y, en concreto, la importancia de la Enseñanza Religiosa Escolar

Por Luis Otero Outes Vicario de Enseñanza 
Diócesis de Santiago de Compostela / Mayo 2015

La educación: un problema y una necesidad

    La educación es, sin duda, uno de los temas más candentes en nuestra sociedad. Son muchas las críticas que recibe y también los retos que continuamente se le presentan.

    Todos están de acuerdo al afirmar que de una educación de calidad dependen muchas cosas para el futuro de la infancia, la juventud y la misma sociedad.

La Iglesia al servicio de la educación
    La Iglesia, siempre preocupada por la educación de la infancia y juventud, se hace presente en el campo educativo con una actitud de servicio y con el deseo de que progresen por el camino del bien y proponerles auténticos valores morales, sabiendo que les ayudarán a desarrollar armónicamente todas sus cualidades físicas, intelectuales y así prepararse para una participación pacífica y responsable en la vida social, a elegir en libertad y responsablemente entre las distintas ofertas de vida y abrirse a su dimensión transcendente y espiritual.

    Este servicio, la Iglesia lo lleva a cabo a través de múltiples medios e instituciones. Destacan la familia, la catequesis en las parroquias y la enseñanza religiosa en los centros educativos.
Importancia de la enseñanza religiosa escolar
    Una educación de calidad, que pretende una formación integral de la persona, no puede limitarse a la transmisión de saberes científico-técnicos, sino que ha de procurar también cultivar todas las dimensiones de la persona, entre ellas la religiosa como elemento necesario e imprescindible de la transmisión de la cultura y la educación en valores.


Presencia de la Enseñanza Religiosa
    La presencia de la religión en el marco escolar ha pasado, y está a pasar, por momentos difíciles, confusos y contradictorios. Por una parte, se promulgan leyes y decretos que tratan de regularla pero por la otra se ven grandes discrepancias con respecto a su presencia. Vivimos en una sociedad donde lo religioso es, muchas veces, ignorado, marginado y hasta atacado. Y todo esto repercute en la educación.

    Conviene comenzar diciendo que esa presencia no se debe a la concesión de un Estado o Gobierno según su ideología o una imposición de la Iglesia.

    El Estado Español no es confesional pero tampoco laicista. Es aconfesional. No profesa ninguna religión pero debe respetar las distintas manifestaciones religiosas presentes en la sociedad. El Estado es religiosamente neutral pero debe garantizar el libre desarrollo de las creencias de las personas y los grupos. Este respeto debe expresarse en la libertad religiosa de los padres respecto a la enseñanza religiosa.

    Por parte de la Iglesia, la presencia de la religión en el mundo escolar no es una imposición. Es solo un servicio pastoral que presta a la petición de los padres.

    Son muchas, y muy poderosas, las razones que avalan la presencia de la religión en el sistema educativo.

A).- El derecho de los padres
• Declaración Universal de Derechos Humanos: “Los padres tendrán el derecho preferente de escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos” (art. 26,3).
    Este derecho universal aparece reconocido en múltiples documentos legislativos de la mayoría de los países europeos.

• Constitución Española: “Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones” (art. 27,3).

• Acuerdos Estado Español - Santa Sede: “Los planes educativos incluirán la enseñanza de la religión católica en todos los centros de educación, en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales” (art. III).

    Todas las administraciones educativas, en los países democráticos, deben respetar y cumplir estas normas en todas las legislaciones. Los centros educativos han de facilitar a los padres poder ejercer su responsabilidad de forma clara y con plena libertad.

B).- La finalidad de la educación
    La enseñanza religiosa puede plantearse como una exigencia de la finalidad de una educación de calidad. Contribuye a que la educación cumpla mejor sus propios fines.

    El olvido y la ignorancia de la religión tienen graves consecuencias para la cultura en general y la memoria colectiva. Nuestra cultura incluye el “hecho religioso” e ignorarlo es analfabetismo. Los profesores de Filosofía, Historia del Arte o Literatura comprueban cada día que la falta de cultura religiosa de los alumnos es un obstáculo para explicar aspectos fundamentales de sus materias. Es importante tener referencias bíblicas, de la historia del cristianismo y del culto, que permitan identificar y comprender los símbolos, las imágenes, la arquitectura y el pensamiento cristiana que han dejado huellas innegables en nuestra cultura.

    La cuestión religiosa debe importarnos a todos y aceptar que es posible enseñar religión desde la laicidad tratando de informar de lo que ha significado y sigue significando la religión en el mundo. No parece adecuado, aún desde el punto de vista cultural, dejar a los alumnos sin un conocimiento de las diversas tradiciones religiosas presentes en la sociedad.

Finalidad de la Enseñanza Religiosa escolar
    La finalidad de la Enseñanza Religiosa no es impartir una catequesis ni proporcionar una mera cultura religiosa. Su objetivo fundamental es insertar en medio de la cultura y formación que reciben los alumnos, la savia nueva del Evangelio. En concreto pretende:

• Promover el desarrollo de todas las dimensiones y capacidades de la persona (intelectuales, técnicas y también religiosas) para conseguir una educación integral.

• Conocer el sentido religioso de nuestra cultura, sustentada y conformada por creencias, costumbres, fiestas, ritos y modos de vida que no pueden comprenderse plenamente sin tener en cuenta la savia del cristianismo.

• Proporcionar criterios, valores y actitudes, desde la perspectiva del evangelio, que configuren su personalidad y le posibiliten su inserción en la sociedad.

• Presentar el mensaje y el acontecimiento cristiano que haga posible la síntesis entre la fe y la cultura, a fin de procurar que una visión cristiana del hombre, de la historia y del mundo, y abrirle desde ella a los problemas del sentido último de la vida.

• Capacitar para el diálogo respetuoso y constructivo con otras cosmovisiones culturales y tradiciones religiosas.

Derechos de la Enseñanza Religiosa escolar
    A la Enseñanza Religiosa, como una materia escolar, se le han de reconocer unos derechos:

• Estar plenamente integrada en el sistema educativo como materia equiparable a las fundamentales.

• Tener una valoración académica plena como las otras materias. 

• Que optar por la Enseñanza Religiosa no suponga discriminación para los alumnos.

• Evitar cualquier enseñanza que vaya en contra de las opciones religiosas de los padres.

• Respetar la presencia de los signos o símbolos religiosos.

El profesorado de Enseñanza Religiosa
    Esta materia escolar es impartida por profesores/as especiales designados por el Obispo y contratados por la administración educativa. Con su profesionalidad y su testimonio cristiano ayudan a los alumnos en su crecimiento humano y religioso. Estos profesores forman parte del claustro a todos los efectos.

Conclusión
    La educación es un objetivo que ha de conseguirse con el esfuerzo y colaboración de todos, Hemos de estar convencidos de que el futuro de nuestra sociedad está en la educación que demos a la infancia y juventud de hoy.
Barca de Santiago Nº 24 / Mayo 2015
Blog Pastoral Santiago