MISERICORDIOSO
Había una vez hace
mucho tiempo en un país azotado por la guerra, un anciano Rey, el cual fue
sacado por sus fieles del castillo a escondidas, teniendo que huir a pie y sin
escolta para no levantar sospechas. Caminó y caminó por días, hasta que sus
pies no podían dar un paso más, se encontraba cansado y hambriento, pero a los
lejos alcanzaba a ver una granja solitaria, lastimosamente estaba en el país
enemigo.
Pero su avanzada
edad le impedía continuar hasta las afueras de ese lugar, por lo que no tuvo
más remedio que solicitar en esa granja asilo. Lucia andrajoso y sucio por la
larga travesía y aun así el granjero le brindó todo lo que necesitaba con buenas maneras. Compartió con él su humilde cena, y
después le proporcionó un baño y ropa limpia, además de una confortable
habitación para pasar la noche.
Antes de dormir en granjero se acercó
a la habitación de su invitado para ver si se le ofrecía algo más, pero el
hombre realizaba sus plegarias, así que el granjero no quiso ser impertinente y
se marchó a descansar. Por su parte el Rey estaba muy preocupado de que alguien
se enterara de la ayuda que el granjero le prestaba y pudieran castigarlo por
ello, pedía en sus plegarias por el bienestar de aquel buen hombre.
Al siguiente día el generoso granjero
preparó un espléndido desayuno para su huésped y cuando éste se marchaba, hasta
le entregó una bolsa con monedas de oro para sus gastos.