Año Jubilar de la Misericordia

14 de febrero de 2014

Escuela de catequistas de Los Rosales - Arciprestazgo de Riazor

El pasado miércoles, día 12 de febrero, la sesión de formación que nos imparte D. Miguel, nuestro director del Secretariado de catequesis, tuvo un carácter especial. Estaba dentro de la importancia de la familia y la relación entre padres y catequistas.

Nos regaló el testimonio de un matrimonio, en vivo y en directo, de cómo vivieron y viven la fe en su familia. Y de cómo intentan transmitirla y vivirla con sus dos hijos de 24 y 22 años. Lo hicieron contando su historia, que, como todas, fue siguiendo un proceso en el que fueron descubriendo el valor de la oración en familia, poniendo en común su camino y, respecto a los hijos, intentando no sólo enseñar sino vivir con ellos las “práctica” cristiana. Basados en la Palabra de Dios aprendieron a vivir y experimentar la bendición de Dios, que han llegado a practicar bendiciéndose mutuamente los miembros de la familia.

Su presentación fue muy expresiva con la dinámica del vaso que vamos llenando de agua con una jarra transparente (somos nosotros que nos llenamos de gracia, con nuestra oración, con nuestras obras, con los sacramentos, con la reflexión, la contemplación, con…) y que vamos vaciando en un recipiente mayor inclinando el vaso, y al final nos vamos quedando vacíos. La fuerza de la dinámica está en cambiar la posición del vaso: dejarlo vertical en medio del recipiente (que simboliza el mundo) y lo seguiremos llenando con un resultado diferente. Desbordaremos el agua en el entorno, pero siempre estaremos llenos, nunca que daremos vacíos. Es darnos sin vaciarnos.

El ejemplo claro es María que desborda de gracia, pero siendo siempre la “llena de gracia”, la llena de Dios.

Y terminamos con una oración de bendición mutua, esperando ya el próximo día 12 de marzo para la siguiente sesión de formación.