D. Luis Otero Outes, Vicario Episcopal
de Enseñanza, introducía la exposición anunciando que el principal
tema sobre el que ésta giraría sería el nuevo Currículo de
Religión Católica. Seguidamente, D. Luis Miguel Herrero Mayor
realizaba una aproximación a ese currículo, explicando las claves
del mismo en la LOMCE (Ley Orgánica 8/2013 de 9 de diciembre, para
la Mejora de la Calidad Educativa).
A continuación se ofrece un resumen
de todos los asuntos tratados en este taller de Enseñanza Religiosa
Escolar.
NUEVO CURRÍCULO
DE RELIGIÓN Y MORAL CATÓLICA
Historia reciente:
Ley Orgánica 10/2002 de 23 de
diciembre, de Calidad de la Educación (LOCE):
- La Conferencia Episcopal Española elabora el Currículo de Sociedad, Cultura y Religión (opción confesional católica).
- Se realiza un gran esfuerzo por dar a conocer dicho currículo, así como sus claves internas y sus correlaciones, utilizando el texto “Id y enseñad”.
- Existe una especial insistencia en que se comprendan las fuentes: sociológica, psicológica, pedagógica y epistemológica.
Ley Orgánica 2/2006 de 3 de mayo,
de Educación (LOE):
- Con ella queda derogada la LOCE.
- La Conferencia Episcopal Española crea un nuevo currículo. A él incorpora la principal novedad respecto al Currículo de Sociedad, Cultura y Religión: las Competencias Básicas.
Ley Orgánica 8/2013 de 9 de
diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE):
- La Conferencia Episcopal Española da a conocer, el 30 de diciembre de 2013, el Currículo de Religión y Moral Católica, adaptado a las exigencias de la nueva Ley.
Este
currículo es el instrumento básico e imprescindible para el
desarrollo de la materia, cuyas principales funciones son: hacer
explícitas las intenciones educativas de la Enseñanza Religiosa
Escolar, servir de guía con respecto a los medios que se han de
emplear, y concretar las exigencias de aprendizaje. Se trata de una
orientación que el profesor de Religión debe conocer, comprender,
valorar e interiorizar, por un sentido de fidelidad a la Iglesia.
Constituye
una síntesis básica y global del mensaje cristiano, adecuada a la
edad de los alumnos, que fundamenta e impulsa los valores y
actitudes, y favorece unos correctos hábitos de comportamiento
(elemento novedoso del currículo). Se enmarca en el contexto
histórico-cultural que emana de la fe cristiana y posibilita el
diálogo fe-cultura.
Las
cuatro dimensiones básicas de la Enseñanza Religiosa Escolar que
fundamentan la adquisición de competencias específicas son las
siguientes:
- Dimensión cultural e histórica: incidencia del cristianismo en la sociedad y la cultura.
- Dimensión humanizadora: apertura hacia el sentido último de la vida; formación de personas críticas, conscientes, libres y creadoras.
- Dimensión ético-moral: exposición, fundamentación y jerarquización de los valores necesarios para crecer en responsabilidad, solidaridad y caridad, como expresión coherente del conocimiento de Dios revelado en Jesucristo.
- Dimensión epistemológica: síntesis teológica, que tiene un carácter científico y una metodología propia.
A
diferencia de lo que ocurría con anterioridad, al profesor se le
indican ya las competencias concretas, no correspondiéndole a él su
especificación.
En
la LOE, la síntesis del mensaje cristiano se lograba al terminar el
ciclo. Ahora, con la LOMCE, cada curso constituye una síntesis
básica de dicho mensaje. Se trata de trabajar catorce núcleos
temáticos concretos, a los cuales se incorporan los valores
correspondientes. Lo que antes se estudiaba en un ciclo, ahora se
desarrolla durante un año, lo que supone que cada año hay que tocar
todos los núcleos temáticos. Los contenidos cambian en Educación
Primaria, pero se mantienen en Educación Secundaria.
Se
proponen, además, criterios específicos para cada curso centrados
en la adquisición de contenidos conceptuales, pero se añade el
hecho de que lo aprendido sea expresado por los propios alumnos y
aplicado a su vida y su entorno.
Por
otra parte, los estándares de aprendizaje son la definición y
especificación de lo que el alumnado debe saber, hacer y saber hacer
en la asignatura de Religión y Moral Católica en cada nivel
educativo. Constituyen descripciones muy precisas del conocimiento,
competencia y otras capacidades que se han de promover, y pueden
servir de guía para la enseñanza-aprendizaje en clase.
La
metodología empleada debe estar basada en el conocer, comprender y
aplicar, instrumentos fundamentales de la Enseñanza Religiosa
Escolar. La pedagogía de Dios, que no es un método, sino la forma
en que Dios entra en relación con el hombre, debe ser referencia,
modelo y fuente que ilumine la actuación en el aula, al tiempo que
la pedagogía de Jesús ha de marcar el estilo característico de los
profesores de Religión. Éstos serán “otros Cristos” en la
acogida al otro, la predilección por los últimos, el respeto y la
utilización del lenguaje sencillo y significativo.
Tras
esta exposición de D. Luis Miguel Herrero, D. Luis Otero
reflexionaba acerca de la situación de la Enseñanza Religiosa
Escolar. Según
él, el nuevo currículo constituye un reto: el de ser
profesores que sepan desarrollar unos contenidos y una metodología sin
improvisar ni medirse por intereses o por lo que al alumno guste más.
Esto plantea una serie de interrogantes como, por ejemplo, qué
ocurrirá con los libros de texto. En este caso, habrá que comprobar
si los textos editoriales se adaptan correctamente al nuevo
currículo. Si esto no fuese así, se deberá trabajar personalmente
esta parte.
En palabras de D. Luis, "en Bachillerato la materia es prácticamente herida de muerte”, pues queda supeditada a la decisión de cada
centro de ofertarla o no. En este tema será precisa la comunicación
con los equipos directivos, comisiones pedagógicas, claustros de
profesores, etc., a quienes corresponde decidir los itinerarios de
aprendizaje.
Es
imprescindible también trabajar en la legitimación de la propia
presencia en el centro educativo como profesor de Religión, con
delicadeza y respeto, pero sin ceder ni callar en la defensa de los
propios derechos.
Dado
que toda esta información deberá ser transmitida a los padres,
habrá que preguntarse cómo hacerlo con claridad.
Otro
objetivo es que los centros que tienen incorporado el proyecto ABALAR
traten de garantizar que la asignatura de Religión esté dentro del
mismo, al igual que ocurre con aquéllos cuya programación se lleva
a cabo desde plataformas de formación digital, donde los contenidos
ya han de estar incluidos en la propia plataforma.
Del
mismo modo, se procurará que para el 6 de septiembre todas las
editoriales presenten ya a los profesores sus proyectos.