Año Jubilar de la Misericordia

10 de junio de 2014

Llenazo en el Seminario Menor de Belvís en la Jornada Pastoral Diocesana 2014 (II). Taller de Enseñanza Religiosa Escolar

D. Luis Otero Outes, Vicario Episcopal de Enseñanza, introducía la exposición anunciando que el principal tema sobre el que ésta giraría sería el nuevo Currículo de Religión Católica. Seguidamente, D. Luis Miguel Herrero Mayor realizaba una aproximación a ese currículo, explicando las claves del mismo en la LOMCE (Ley Orgánica 8/2013 de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa).
A continuación se ofrece un resumen de todos los asuntos tratados en este taller de Enseñanza Religiosa Escolar.

NUEVO CURRÍCULO DE RELIGIÓN Y MORAL CATÓLICA

Historia reciente:

Ley Orgánica 10/2002 de 23 de diciembre, de Calidad de la Educación (LOCE):
  • La Conferencia Episcopal Española elabora el Currículo de Sociedad, Cultura y Religión (opción confesional católica).
  • Se realiza un gran esfuerzo por dar a conocer dicho currículo, así como sus claves internas y sus correlaciones, utilizando el texto “Id y enseñad”.
  • Existe una especial insistencia en que se comprendan las fuentes: sociológica, psicológica, pedagógica y epistemológica.
Ley Orgánica 2/2006 de 3 de mayo, de Educación (LOE):
  • Con ella queda derogada la LOCE.
  • La Conferencia Episcopal Española crea un nuevo currículo. A él incorpora la principal novedad respecto al Currículo de Sociedad, Cultura y Religión: las Competencias Básicas.
Ley Orgánica 8/2013 de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE):
  • La Conferencia Episcopal Española da a conocer, el 30 de diciembre de 2013, el Currículo de Religión y Moral Católica, adaptado a las exigencias de la nueva Ley.
Este currículo es el instrumento básico e imprescindible para el desarrollo de la materia, cuyas principales funciones son: hacer explícitas las intenciones educativas de la Enseñanza Religiosa Escolar, servir de guía con respecto a los medios que se han de emplear, y concretar las exigencias de aprendizaje. Se trata de una orientación que el profesor de Religión debe conocer, comprender, valorar e interiorizar, por un sentido de fidelidad a la Iglesia.
Constituye una síntesis básica y global del mensaje cristiano, adecuada a la edad de los alumnos, que fundamenta e impulsa los valores y actitudes, y favorece unos correctos hábitos de comportamiento (elemento novedoso del currículo). Se enmarca en el contexto histórico-cultural que emana de la fe cristiana y posibilita el diálogo fe-cultura.

Las cuatro dimensiones básicas de la Enseñanza Religiosa Escolar que fundamentan la adquisición de competencias específicas son las siguientes:
  1. Dimensión cultural e histórica: incidencia del cristianismo en la sociedad y la cultura.
  2. Dimensión humanizadora: apertura hacia el sentido último de la vida; formación de personas críticas, conscientes, libres y creadoras.
  3. Dimensión ético-moral: exposición, fundamentación y jerarquización de los valores necesarios para crecer en responsabilidad, solidaridad y caridad, como expresión coherente del conocimiento de Dios revelado en Jesucristo.
  4. Dimensión epistemológica: síntesis teológica, que tiene un carácter científico y una metodología propia.
A diferencia de lo que ocurría con anterioridad, al profesor se le indican ya las competencias concretas, no correspondiéndole a él su especificación.
En la LOE, la síntesis del mensaje cristiano se lograba al terminar el ciclo. Ahora, con la LOMCE, cada curso constituye una síntesis básica de dicho mensaje. Se trata de trabajar catorce núcleos temáticos concretos, a los cuales se incorporan los valores correspondientes. Lo que antes se estudiaba en un ciclo, ahora se desarrolla durante un año, lo que supone que cada año hay que tocar todos los núcleos temáticos. Los contenidos cambian en Educación Primaria, pero se mantienen en Educación Secundaria.
Se proponen, además, criterios específicos para cada curso centrados en la adquisición de contenidos conceptuales, pero se añade el hecho de que lo aprendido sea expresado por los propios alumnos y aplicado a su vida y su entorno.
Por otra parte, los estándares de aprendizaje son la definición y especificación de lo que el alumnado debe saber, hacer y saber hacer en la asignatura de Religión y Moral Católica en cada nivel educativo. Constituyen descripciones muy precisas del conocimiento, competencia y otras capacidades que se han de promover, y pueden servir de guía para la enseñanza-aprendizaje en clase.
La metodología empleada debe estar basada en el conocer, comprender y aplicar, instrumentos fundamentales de la Enseñanza Religiosa Escolar. La pedagogía de Dios, que no es un método, sino la forma en que Dios entra en relación con el hombre, debe ser referencia, modelo y fuente que ilumine la actuación en el aula, al tiempo que la pedagogía de Jesús ha de marcar el estilo característico de los profesores de Religión. Éstos serán “otros Cristos” en la acogida al otro, la predilección por los últimos, el respeto y la utilización del lenguaje sencillo y significativo.

Tras esta exposición de D. Luis Miguel Herrero, D. Luis Otero reflexionaba acerca de la situación de la Enseñanza Religiosa Escolar. Según él, el nuevo currículo constituye un reto: el de ser profesores que sepan desarrollar unos contenidos y una metodología sin improvisar ni medirse por intereses o por lo que al alumno guste más. 
Esto plantea una serie de interrogantes como, por ejemplo, qué ocurrirá con los libros de texto. En este caso, habrá que comprobar si los textos editoriales se adaptan correctamente al nuevo currículo. Si esto no fuese así, se deberá trabajar personalmente esta parte.
En palabras de D. Luis, "en Bachillerato la materia es prácticamente herida de muerte”, pues queda supeditada a la decisión de cada centro de ofertarla o no. En este tema será precisa la comunicación con los equipos directivos, comisiones pedagógicas, claustros de profesores, etc., a quienes corresponde decidir los itinerarios de aprendizaje.
Es imprescindible también trabajar en la legitimación de la propia presencia en el centro educativo como profesor de Religión, con delicadeza y respeto, pero sin ceder ni callar en la defensa de los propios derechos.
Dado que toda esta información deberá ser transmitida a los padres, habrá que preguntarse cómo hacerlo con claridad.
Otro objetivo es que los centros que tienen incorporado el proyecto ABALAR traten de garantizar que la asignatura de Religión esté dentro del mismo, al igual que ocurre con aquéllos cuya programación se lleva a cabo desde plataformas de formación digital, donde los contenidos ya han de estar incluidos en la propia plataforma.

Del mismo modo, se procurará que para el 6 de septiembre todas las editoriales presenten ya a los profesores sus proyectos.