Año Jubilar de la Misericordia

8 de septiembre de 2014

10 de septiembre: SAN PEDRO DE MEZONZO

La figura del obispo Pedro de Mezonzo es una de las más notables de la Alta Edad Media en Galicia.

Durante el siglo X se produjo un declive notable de la vida religiosa, hasta el punto de que los historiadores definen este período como el siglo de hierro de la Iglesia.

Pedro de Mezonzo nació en Curtis (La Coruña), en el año 930, cerca del Palacio de doña Paterna, en donde servían sus humildes padres. Educado en el palacio, a los 18 años vistió la cogulla en el convento de santa María de Mezonzo, en donde se dedicó el estudio y la oración.

Años más tarde,  llegaría a ser abad del monasterio de Sobrados dos Monxes y del de San Paio de Antealtares, en Santiago. En el año 985 fue elegido obispo de Iria-Compostela, por sus cualidades, entre las que figuraban la sabiduría y la fidelidad al estilo de vida cristiano.

El recién nombrado obispo hubo de afrontar una etapa difícil, ya que los normandos y los moros asolaban con frecuencia las tierras gallegas y se cebaban especialmente con las propiedades de la Iglesia. En 997 el caudillo Almanzor llegó a Santiago y se llevó las campanas de la catedral, aunque no llegó a destruir el templo y profanar el sepulcro del Apóstol.


Ante el peligro que suponía la llegada de los musulmanes, Pedro de Mezonzo compuso la oración Salve Regina, que se convirtió rápidamente en una de las plegarias más famosas en toda la cristiandad. El rezo escrito por el obispo compostelano aparece ya mencionado en la obra de Gonzalo de Berceo y Alfonso X El Sabio, quien asegura que las tropas cristianas pronunciaban esta oración mientras acometían a las huestes musulmanas en la batalla del Salado.