El
padre Francesco Forgione nació en Pietrelcina, provincia de Benevento, el 25 de
mayo de 1887. Sus padres fueron Horacio Forgione y María Giuseppa. Creció
dentro de una familia humilde, pero como un día él mismo dijo, nunca careció de
nada.
Fue
un niño muy sensible y espiritual. En la Iglesia Santa María de los Ángeles, la
cual se podría decir fue como su hogar, fue bautizado, hizo la Primera Comunión
y la Confirmación. También en esta misma Iglesia fue donde a los cinco años se
le apareció el Sagrado Corazón de Jesús. Más adelante empieza a tener
apariciones de la Virgen María que durarían por el resto de su vida.
Ingresó
a la Orden de los Frailes Menores Capuchinos en Morcone en enero de 1903. El
día anterior de entrar al Seminario, Francisco tuvo una visión de Jesús con su
Santísima Madre. En esta visión Jesús puso su mano en el hombro de Francisco,
dándole coraje y fortaleza para seguir adelante. La Virgen María, por su parte,
le habló suave, sutil y maternalmente penetrando en lo más profundo de su alma.
Fue
ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1910 en la Catedral de Beneveto, y en
febrero de ese año se estableció en San Giovanni Rotondo, donde permaneció
hasta su muerte, el 23 de setiembre de 1968.
Poco
después de su ordenación, le volvieron las fiebres y los males que siempre le
aquejaron durante sus estudios, y es enviado a su pueblo, Pietrelcina, para que
se restableciera de salud. Luego de 8 años de sacerdocio, el 20 de setiembre de
1918, recibe los estigmas de Nuestro Señor Jesucristo en sus manos, pies y
costado izquierdo, convirtiéndose en el primer sacerdote estigmatizado. En una
carta que escribe a su director espiritual los describe así: "En medio de
las manos apareció una mancha roja, del tamaño de un centavo, acompañada de un
intenso dolor. También debajo de los pies siento dolor".
Más
adelante, en el año de 1940 proyectó un hospital que se denominó "Casa del
Alivio del Sufrimiento" -el más importante del sur de Italia-, cuya
construcción culminó en 1956.
El
20 de septiembre de 1968 el Padre Pío cumplió 50 años de haber recibido por
primera vez los estigmas del Señor Jesús. El Padre Pío celebró la Misa a la
hora acostumbrada. Alrededor del altar hubieron 50 grandes macetas con rosas
rojas para sus 50 años de sangre... A los dos días murmurando por largas horas
"Jesús, María!", muere el Padre Pío, el 22 de septiembre de 1968. Los
que estaban presentes quedaron largo tiempo en silencio y en oración. Después
estalló un largo e irrefrenable llanto.
El
funeral del Padre Pío fue impresionante ya que se tuvo que esperar cuatro días
para que la multitud de personas pasaran a despedirse. Se calcula que más de
cien mil personas participaron del entierro. Al morir desaparecieron los
estigmas con el cual el Señor ha confirmado su origen místico y sobrenatural.
Muchas
han sido las sanciones y conversiones concedidas por la intercesión del Padre
Pío e innumerables milagros han sido reportados a la Santa Sede.
El
18 de diciembre, de 1997, Su Santidad Juan Pablo II pronunció venerable al
Padre Pío. Este paso, aunque no tan ceremonioso como la beatificación y
canonización, es ciertamente la parte más importante del proceso.
Fue
beatificado por su S.S. Juan Pablo II el 2 de mayo de 1999 en una solemne
Concelebración Eucarística en la Plaza San Pedro.
El
16 de junio del 2002 fue declarado San Pío de Pietrelcina en presencia de S.S.
Juan Pablo II, en una solemne misa en la Plaza San Pedro.
A continuación dejamos una serie de enlaces con recursos sobre San Pío de Pierelcina:
Recursos
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