Tercer Domingo
de Adviento: 13 de diciembre
Idea principal:
La mejor actitud de
espera y conversión: ¿Qué hemos de hacer nosotros?
En esta tercera semana de Adviento escucharemos en la primera y segunda
lectura una fuerte invitación a la alegría; en el Evangelio san Lucas nos
sorprende con una pregunta puesta en labios de la gente, pregunta que significa
el deseo de conversión ¿Entonces qué hacemos? A lo que Juan respondía. “El que
tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga comida que
haga lo mismo…
La respuesta de Juan bautista nos hacen tomar conciencia que la
conversión ha de manifestarse en obras concretas de caridad, solidaridad y
atención a los más necesitados; o bien, en ese cambio personal adoptando actitudes
de justicia al igual que les responde a los publicanos y a los militares “No
exijáis más de lo establecido” “No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie”
El Papa Francisco nos ha invitado
en este año de la Misericordia “podremos
realizar la experiencia de abrir el corazón a cuantos viven en las más
contradictorias periferias existenciales, que con frecuencia el mundo moderno
dramáticamente crea. ¡Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento existen
en el mundo hoy! Cuántas heridas sellan la carne de muchos que no tienen voz
porque su grito se ha debilitado y silenciado a causa de la indiferencia de los
pueblos ricos. En este Jubileo la Iglesia será llamada a curar aún más estas
heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la
misericordia y a curarlas con la solidaridad y la debida atención” (MV 15).
¿Qué hemos de hacer nosotros?
Esta semana te recomendamos la película "Prefiero el paraíso"
La película PREFIERO EL
PARAÍSO nos hará reír, nos hará llorar y lo más importante nos hará rezar, pues
tiene ese sabor de las cosas de Dios que le deja a uno hinchado el corazón
llenándole de ganas de comerse el mundo para Cristo. Como hizo Dios con San Felipe
Neri, quien con las licencias de la trama cinematográfica se nos presenta como
un ermitaño que llega a Roma queriendo partir a las Indias de misiones -deseo
que efectivamente tenía - para descubrir que sus indias estaban en Roma junto a
los niños de la calle y los menesterosos.
Mientras tenía lugar el
Concilio de Trento y comenzaba la llamada Contrarreforma, San Felipe formaba a
los más jóvenes con ternura e ironía. A la vez que los acercaba a la Liturgia,
lograba que se divirtiesen cantando y jugando en un lugar que más adelante se
convertiría en el Oratorio, que fue aprobado como congregación por el Papa
Gregorio XIII en 1575.