Año Jubilar de la Misericordia

9 de diciembre de 2015

Para un Adviento de Película (III DOMINGO)

Tercer  Domingo de Adviento: 13 de diciembre
Idea principal: 
La mejor actitud de espera y conversión: ¿Qué hemos de hacer nosotros?


En esta tercera semana de Adviento escucharemos en la primera y segunda lectura una fuerte invitación a la alegría; en el Evangelio san Lucas nos sorprende con una pregunta puesta en labios de la gente, pregunta que significa el deseo de conversión ¿Entonces qué hacemos? A lo que Juan respondía. “El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga comida que haga lo mismo…
La respuesta de Juan bautista nos hacen tomar conciencia que la conversión ha de manifestarse en obras concretas de caridad, solidaridad y atención a los más necesitados; o bien, en ese cambio personal adoptando actitudes de justicia al igual que les responde a los publicanos y a los militares “No exijáis más de lo establecido” “No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie”


El Papa Francisco nos ha invitado  en este año de la Misericordia  “podremos realizar la experiencia de abrir el corazón a cuantos viven en las más contradictorias periferias existenciales, que con frecuencia el mundo moderno dramáticamente crea. ¡Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento existen en el mundo hoy! Cuántas heridas sellan la carne de muchos que no tienen voz porque su grito se ha debilitado y silenciado a causa de la indiferencia de los pueblos ricos. En este Jubileo la Iglesia será llamada a curar aún más estas heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la solidaridad y la debida atención” (MV 15).

¿Qué hemos de hacer nosotros?

Esta semana te recomendamos la película "Prefiero el paraíso"



La película PREFIERO EL PARAÍSO nos hará reír, nos hará llorar y lo más importante nos hará rezar, pues tiene ese sabor de las cosas de Dios que le deja a uno hinchado el corazón llenándole de ganas de comerse el mundo para Cristo. Como hizo Dios con San Felipe Neri, quien con las licencias de la trama cinematográfica se nos presenta como un ermitaño que llega a Roma queriendo partir a las Indias de misiones -deseo que efectivamente tenía - para descubrir que sus indias estaban en Roma junto a los niños de la calle y los menesterosos.


Mientras tenía lugar el Concilio de Trento y comenzaba la llamada Contrarreforma, San Felipe formaba a los más jóvenes con ternura e ironía. A la vez que los acercaba a la Liturgia, lograba que se divirtiesen cantando y jugando en un lugar que más adelante se convertiría en el Oratorio, que fue aprobado como congregación por el Papa Gregorio XIII en 1575.