Queridos diocesanos:
Con las palabras de san Pedro también os digo: “Revestíos todos de humildad en el trato mutuo, porque Dios resiste a los soberbios, más da su gracia a los humildes… Descargad en él todo vuestro agobio, porque él cuida de vosotros” (1Pe 5, 5.7).
Reiniciamos las tareas pastorales propias del quehacer ordinario en la vida diocesana. Los retos que se nos presentan no son pocos y hemos de afrontarlos transmitiendo la alegría del Evangelio en nuestra vida y manifestando nuestra presencia y pertenencia a la Iglesia diocesana.
Os recuerdo vuestro compromiso en las actividades parroquiales y diocesanas. El objetivo concreto que nos propone el Plan Pastoral Diocesano para este curso pastoral tiene el lema: “Renovar desde Cristo nuestra comunión diocesana”. Pienso también en el discurrir del Sínodo diocesano en el que todos debemos sentirnos corresponsables y con determinación determinada como diría santa Teresa de Ávila, trabajar en los temas que se nos proponen a nuestra reflexión. Aún en las circunstancias difíciles es nuestro deber vencer el miedo con la fe, el cansancio con la esperanza, la indiferencia con el amor, confiando en la inspiración y en la fuerza del Espíritu que nos enseñará lo que debemos decir y lo que debemos hacer.
Encomendando los frutos pastorales de este curso al patrocinio del apóstol Santiago y a la intercesión de la Virgen María, os saluda con todo afecto y bendice en el Señor.
D. Julián Barrio Barrio. De la Carta Pastoral al comienzo del nuevo curso pastoral.
Reiniciamos las tareas pastorales propias del quehacer ordinario en la vida diocesana. Los retos que se nos presentan no son pocos y hemos de afrontarlos transmitiendo la alegría del Evangelio en nuestra vida y manifestando nuestra presencia y pertenencia a la Iglesia diocesana.
Os recuerdo vuestro compromiso en las actividades parroquiales y diocesanas. El objetivo concreto que nos propone el Plan Pastoral Diocesano para este curso pastoral tiene el lema: “Renovar desde Cristo nuestra comunión diocesana”. Pienso también en el discurrir del Sínodo diocesano en el que todos debemos sentirnos corresponsables y con determinación determinada como diría santa Teresa de Ávila, trabajar en los temas que se nos proponen a nuestra reflexión. Aún en las circunstancias difíciles es nuestro deber vencer el miedo con la fe, el cansancio con la esperanza, la indiferencia con el amor, confiando en la inspiración y en la fuerza del Espíritu que nos enseñará lo que debemos decir y lo que debemos hacer.
Encomendando los frutos pastorales de este curso al patrocinio del apóstol Santiago y a la intercesión de la Virgen María, os saluda con todo afecto y bendice en el Señor.
D. Julián Barrio Barrio. De la Carta Pastoral al comienzo del nuevo curso pastoral.